¿Cuántas páginas tiene? ¿Es muy gordo? ¿No hay otro más fino? Estas son preguntas que duelen y que tenemos que enterrar en el aula. No podemos limitarnos a dar un título, una fecha de entrega y una lista de preguntas pues seguramente así el alumno irá directo a internet a buscar respuestas, sin pensar, sin cuestionarse nada, sin sentirse identificado con algún personaje, al fin y al cabo, sin dejarse llevar por las aventuras que puede depararle la lectura.
Por este motivo, dedicar un tiempo al inicio de la lectura, a suscitar el interés del alumno y que se sienta llamado por algún libro es fundamental. Jugar con el título o con imágenes, por ejemplo, nos puede ayudar a conseguir este objetivo. Podemos conseguir leer por placer, para divertirnos, entretenernos, soñar.
Al hilo de este tema, dejo unos versos de Pablo Neruda, Oda al libro:
[...]
Nosotros
los poetas
caminantes
exploramos
el mundo,
en cada puerta
nos recibió la vida,
participamos
en la lucha terrestre.
Cuál fue nuestra victoria?
Un libro,
un libro lleno
de contactos humanos,
de camisas,
un libro
sin soledad, con hombres
y herramientas,
un libro
es la victoria.
[...]
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